A veces no somos solo nosotros los que estamos cansados…
Hay casas que también enferman. Y cuando eso pasa, todo adentro se resiente.
Una casa enferma puede mostrarlo con:
– Humedades constantes, grietas que regresan, hongos o insectos que invaden
– Plantas que se marchitan aunque las cuides
– Malos olores que persisten, aún con limpieza
Pero también lo muestran las personas que viven en ella:
– Insomnio o sueño excesivo
– Discusiones frecuentes o malestar sin motivo real
– Cansancio permanente dentro del hogar
– Dolores físicos sin diagnóstico claro
– Hambre desmedida o falta total de apetito
– Falta de concentración, sensación de no pertenecer al lugar
En muchos casos, lo que ocurre no es solo un desorden energético…
Es la presencia de parásitos vibracionales, presencias densas o entidades elementales que se adhieren al campo del lugar, alimentándose de la baja frecuencia.
Ellos intensifican el caos, el cansancio, las discusiones y hasta los síntomas físicos.
No se van solos.
Necesitan ser reconocidos, liberados y limpiados con conciencia y técnica.
La limpieza energética no es solo un ritual… es un acto de defensa, de orden y de amor.
Estos síntomas suelen indicar que la energía del espacio está cargada, estancada o desordenada.
Y muchas veces, una limpieza energética profunda es la forma más directa de devolverle la armonía al hogar… y a quienes lo habitan.
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— Nancy, de Samadhi Salud ✨

