Hace mucho tiempo, atravesaba una etapa en la que me sentía bloqueada en varios aspectos de mi vida. Buscando respuestas, escuché hablar de los códigos sagrados numéricos de Agesta, y aunque al principio no sabía bien qué esperar, decidí probarlos. Hoy quiero contarte cómo esta herramienta espiritual simple, pero poderosa, transformó mi realidad.
¿Qué son los códigos sagrados?
Los códigos sagrados numéricos son secuencias de números que, al ser repetidas con intención y fe, generan una vibración energética capaz de atraer aquello que deseas. Fueron desarrollados por José Gabriel Uribe, conocido como Agesta, y están diseñados para ayudarte a conectar con energías superiores, guías espirituales y el universo mismo.
Lo que más me atrajo fue su simplicidad. No necesitaba ser experta ni tener experiencia previa. Solo debía elegir un código según mi intención, dedicar unos minutos al día y repetirlo 45 veces.
Mi primera experiencia con los códigos
Decidí empezar con el código 580, que está relacionado con la resolución de problemas complejos. En ese momento, enfrentaba una situación familiar complicada que parecía no tener salida. Me senté en un espacio tranquilo, cerré los ojos y empecé a repetir el número. No sabía si funcionaría, pero algo dentro de mí me decía que debía confiar.
Al principio, no sentí grandes cambios, pero con el paso de los días noté algo distinto: mi mente estaba más clara y empecé a recibir ideas y oportunidades para solucionar el problema. No fue magia, pero sí una conexión más profunda con la energía que necesitaba para desbloquear esa situación.
¿Cómo se utilizan los códigos sagrados?
Te comparto el proceso que yo sigo, porque realmente es muy sencillo:
1. Elige un código: Encuentra uno que se relacione con lo que necesitas. Por ejemplo, el 541 es para atraer el amor verdadero y el 71588 para sanar relaciones conflictivas.
2. Conéctate con tu intención: Piensa en tu objetivo mientras repites el código.
3. Repite el código 45 veces: Puedes hacerlo en voz alta, mentalmente o incluso escribiéndolo.
4. Confía y agradece: Termina agradeciendo, incluso antes de ver los resultados. La gratitud abre muchas puertas.
¿Qué he aprendido de los códigos sagrados?
Con el tiempo, he utilizado códigos para diferentes aspectos de mi vida: abundancia, protección energética, sanación emocional y más. Lo que descubrí es que no son un atajo ni una solución mágica, sino un medio para alinear tu energía con tus deseos.
A través de los códigos, entendí que la clave está en la fe y la constancia. Cada número es como una llave que abre una puerta, pero tú tienes que girar esa llave con intención.
¿Funcionan los códigos sagrados?
Mi respuesta es: sí, funcionan, pero desde un lugar muy personal. Me ayudaron a conectar con mi interior, a calmar mi mente y a manifestar cambios que, de otro modo, no habría logrado con la misma fluidez. Por supuesto, los combiné con acción y pasos concretos, porque el universo también necesita de nuestro movimiento.
¿Te animas a probarlos?
Si te sientes llamado a experimentar con los códigos sagrados, te invito a hacerlo con apertura y curiosidad. Escoge uno, repítelo 45 veces al día durante varios días y observa cómo te sientes. Tal vez descubras, como yo, que detrás de estas simples secuencias numéricas hay una herramienta poderosa para transformar tu vida.
¿Ya los has probado? ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¡Me encantaría leerte!
Te abrazo
Lic. Nancy
